El motivo por el que no tendremos cargador en el iPhone 12: la huella de carbono

La ausencia de cargador en el iPhone 12, un remedio para contaminar menos y ser más coeficientes.

El motivo por el que no tendremos cargador en el iPhone 12: la huella de carbono

El verano sigue su curso implacable, y como tal, la presencia de rumores no deja de ser una tónica. El iPhone 12 sigue en el punto de mira, ya que los teléfonos de los de Cupertino siempre son objeto de análisis concienzudos. El 8 de septiembre será al parecer, la fecha en la cual se presenten tanto el nuevo iPhone como algunos dispositivos más, como la sexta edición del Apple Watch.

Sonbre el iPhone 12, la ausencia de cargador ya fue sugerida por el famoso analista Ming Chi Kuo a finales de junio. ¿Tiene realmente sentido esta propuesta? ¿Tendrá una bajada en el precio? ¿Se lanzará Apple a hacerla y volverán a copiar la idea el resto de fabricantes? Muchas incógnitas, pero el motivo por el cual el nuevo iPhone vendría sin cargador parece ser la huella de carbono.

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¿Qué es la huella de carbono?

Todo proceso humano, no necesariamente productivo, tiene un impacto en forma de huella de carbono. Esta no es más que «la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto», si hacemos caso a la definición dada en Wikipedia. Producir alimentos genera una huella de carbono. Y no digamos que fabricar un teléfono móvil. Hay que extraer recursos de la naturaleza, procesarlos, darles forma, fabricarlos, distribuirlos, repararlos... Producir no es gratis para el medio ambiente, y en Apple lo tienen muy claro.

huella carbono

Hablemos del cargador

Cuando adquirimos un dispositivo, nos lanzamos a por él y lo configuramos muy rápido. Bien es verdad que somos muchos los que ya ni tocamos los accesorios que vienen con él. En mi caso, hasta hace muy poco estuve usando el cargador de un iPad de segunda generación para llenar la batería de mi iPhone. Hacerlo era, y es, una ventaja. por un lado, ya no hacia uso del pírrico cargador de 5 vatios con el que hasta hace poco nos seguía sorprendiendo Apple. Por otro lado, no usar este accesorio me permitía vender el teléfono posteriormente a un precio mejor. Eso de «accesorios sin usar es atractivo para el comprador». Lo mismo ocurre con los auriculares, llevo desde 2017 con los AirPods, ¿para qué tocarlos entonces?

En Apple parecen haber captado la idea, y no van a ofrecer el cargador como accesorio. A decir verdad, no tiene mucho sentido, somos muchos los que reciclamos cargadores antiguos. Si todos esos cargadores sobrantes lo extrapolamos a los millones de iPhone que se venden en el mundo, podemos hacernos una idea de la huella de carbono que vamos dejando. Intolerable y muy alta.

Por esa regla de tres, ya parece un hecho que nos podremos olvidar del cargador. Puede además que este ausencia venga acompañada de una reducción de costes para el cliente. A fin de cuentas, y doy una opinión muy personal, no me importaría que el precios de mantuviera, el cargador es algo irrelevante para mí y 10 o 20 euros de rebaja en el precios de agradecen, pero tampoco es algo vital.

El compromiso medioambiental de Apple

La ambición de los de Cupertino referida al medioambiente parece ser una apuesta clara. Hace años que tienen un famoso robot capaz de reciclar hasta 200 iPhone a la hora. Ello le permite a la compañía no tener que seguir agotando los recursos naturales de los que dispone el planeta.

El respeto por el entorno es para Apple algo tan importante como la privacidad o la calidad que otorga a sus productos. Poco a poco vemos como el uso de la energía solar, o conseguir edificios climáticamente sostenibles es algo más que un empeño. Solo hay que echar un ojo al Apple Park, donde el 80 por ciento de los terrenos son verdes y con plantas propias de esa zona de California.

De seguirse esta tónica, podría cumplirse el objetivo de emisiones 0 que Tim Cook y su equipo parecen haberse propuesto para un futuro más cercano que lejano. Si lograsen conseguirlo, sería posible cumplir con esa quimera del respeto real por el medio ambiente, y servir de guía para que otras empresas tecnológicas siguieran por ese camino. Aunque sea un obviedad, no nos cansaremos de repetirlo: no hay un planeta B.

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