El iPhone que tienes se lo debes a Steve Jobs... y a un trabajador anónimo de Microsoft
Una curiosa anécdota que seguro no conocías.
La historia detrás de la creación del iPhone original nunca dejará de sorprendernos. Más o menos es una historia pública, ya que muchos de los implicados han ido hablando y contándola durante años, sin embargo, de vez en cuando, aparece una nueva anécdota que no conocíamos y que nos deja de nuevo fascinados.
Steve Jobs presentó el primer iPhone en el año 2007. Sin ninguna duda este dispositivo es la piedra angular en la que se sustentan todos los smartphones actuales. Los dispositivos con pantallas táctiles se han convertido en un fenómeno mundial y el iPhone es probablemente el más popular. Sin embargo la historia detrás de su creación es compleja y comenzó mucho antes de lo que pensabas.
Lo que no todo el mundo sabe es que Apple, en un primer momento, quería crear un tablet, ya que la duración de la batería era uno de los principales problemas a la hora de intentar reducir el tamaño del dispositivo. Sin embargo, llegado el momento, Steve decidió aparcar la idea de un tablet y apostar por la de un smartphone con pantalla táctil, y uno de los motivos fue un trabajador de Microsoft, el histórico rival de Apple.
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Un trabajado de Microsoft encendió la chispa
Apple comenzó a trabajar en dispositivos con pantallas multitáctiles en el año 2003, cuatro años antes del lanzamiento del iPhone. Sin embargo la propia compañía no sabía exactamente qué hacer con esa tecnología, algo que incluso hizo que algunos trabajadores abandonaran el proyecto pensando que no iba a funcionar y que Apple no iba a hacer nada con ella.
Un par de años más tarde, en 2005, Steve Jobs comenzó a defender la idea de hacer un teléfono con pantalla táctil en lugar de un tablet. Y el detonante de que se tomara esta decisión fue un trabajador de Microsoft que aparentemente era amigo de la mujer de Steve, Laurene Powell Jobs. Al parecer este hombre pasaba algún tiempo junto a Jobs y su familia, y no hacía nada más que presumir delante del CEO de Apple sobre el éxito y los planes futuros de Microsoft.
Scott Forstall, uno de las personas más importantes por aquel entonces en Apple y que dirigía el desarrollo de software iOS, comentó hace tiempo esta anécdota:
"Comenzó porque Steve odiaba a ese tipo de Microsoft. Cada vez que Steve tenía alguna interacción con el chico, volvía a la cag** en todo".
Este trabajador parecía compartir el mismo entusiasmo que el CEO de su empresa, Steve Ballmer, muy conocido por sus declaraciones contra el iPhone poco después de ser presentado, algo que reconoció como un error años más tarde. Este chico no hacía más que restregarle a Jobs la forma en la que Microsoft iba a gobernar el mundo con sus nuevos tablets, smartphones y sus stylus -Who want a stylus?-.
Tras pasar un tiempo con este chico un fin de semana, Steve llegó el lunes a las oficinas de Apple soltando improperios y diciendo "vamos a mostrarles cómo se hace realmente". El CEO de Apple parecía en aquel momento "animado por el resentimiento y por un odio casi patológico hacia los stylus", según palabras del escritor Graeme Campbell.
Forstall desvelo que el CEO de Apple se dio cuenta entonces del potencial para crear un nuevo diseño de teléfono inteligente al ver los diseños de los tablets.
"Steve dijo: ¿Crees que podrías usar eso que estamos haciendo con el tablet y las pantallas multitáctiles y reducirlo a algo lo suficientemente pequeño como para caber en tu bolsillo?"
En este momento Forstall reunió al equipo de diseño, les contó todo esto y la posibilidad de cambiar el proyecto por algo más pequeño, y en una esquina crearon un pequeño boceto o concepto y se lo mostraron a Steve, la respuesta de Jobs fue directa:
"Pon el tablet en espera, construyamos un teléfono."
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