La historia de la mendiga con un iPhone X y un bolso de 500 dólares
Más mujeres se desplegaron por la ciudad para estafar a los residentes de la zona
A pesar de su precio, el iPhone es uno de los smartphones más populares de todo el mundo; incluso un objeto de deseo para aquellos que lo quieren pero no pueden tenerlo. No es extraño que algunas de las historias más impactantes que circulan por la red lo tengan como protagonista. Por ejemplo, está la niña a la que se lo roban y termina haciéndose amiga del niño al que se lo venden, el caso de asesinato que fue resuelto gracias a los datos de la app de Salud, o el hombre que recuperó su coche de las manos de un ladrón dejando el terminal en el vehículo.
Cuando piensas que ya lo has visto todo y que no hay nada de este mundo que te pueda sorprender, va y aparece el caso de la mendiga con un iPhone X y un bolso valorado en 500 dólares.
¿Un iPhone X y un bolso carísimo en manos de una indigente? Algo no cuadra
Este suceso tuvo lugar en Nueva Jersey, en los Estados Unidos de América. Una mujer que pedía aportaciones económicas en el arcén de una carretera para, supuestamente, comprar productos de bebé fue pillada con un iPhone X en un bolso de 500 dólares.
Llevaba un cartel en el que ponía: "tengo un bebé. Por favor, por el amor De Dios, ayúdame para comprarle cosas y pañales". Sin embargo, todo era mentira, ya que su intención era estafar a los conductores que pasaban por la zona. Algunos pararon para ver cómo se encontraba la mujer y, al ver su comportamiento, llamaron a la policía. Cuando llegaron las autoridades vieron que tenía uno de los últimos smartphones de Apple, un bolso muy caro y algunas joyas.
La mujer dijo que venía de Rumanía, aunque ahora vivía en Queens y que el cartel no era suyo. Comentó a la policía que habían "soltado" a otras mujeres por el área de Nueva Jersey para mendigar.
https://www.facebook.com/unionpolicenj/posts/2081699961909116
Según iDropNews, las autoridades compartieron la historia en Facebook para alertar a los residentes de la zona y que, aunque está bien ayudar a los menos favorecidos, no debemos fiarnos de todo el mundo.