Hace 11 años Apple presentó un dispositivo con un diseño que todos odian pero que a mi me encanta
Han pasado 11 años desde su llegada al mercado y es un diseño que a mi me sigue enamorando
Apple suele sorprender con el diseño de sus dispositivos, algo que hemos visto en numerosas ocasiones. Sin embargo, hace 11 años la compañía lanzó al mercado algo completamente único que me dejó asombrado. Se trataba de un ordenador ampliamente criticado precisamente por su diseño, pero que para mí es uno de los mejores de todos los tiempos.
Este diseño tan atrevido y especial correspondía al Mac Pro de 2013. Por primera vez, el Mac Pro dejó de ser una torre para convertirse en una especie de cilindro negro brillante, al que muchos apodaron "cubo de basura". Sin embargo, hay que reconocer que nunca se ha visto un ordenador como este y que probablemente nunca se volverá a ver algo similar.
El Mac Pro de 2013 tenía un diseño único
Presentado durante la Conferencia Mundial de Desarrolladores de 2013, el Mac Pro cambió radicalmente su diseño. Apple declaró que este dispositivo representaba "nuestra visión del futuro del ordenador profesional; lo hemos reinventado de arriba abajo. Nunca se ha visto nada igual". Y no mentían.
El diseño en forma de cilindro era algo completamente novedoso, al igual que la disposición interna de los diferentes componentes. Todos los elementos del Mac Pro estaban montados alrededor de un núcleo central de disipación térmica, refrigerado por un único ventilador que extraía aire desde la base hacia la parte superior.
SAN FRANCISCO (California) —22 de octubre de 2013— Apple ha redefinido los ordenadores profesionales con el lanzamiento del nuevo Mac Pro. Diseñado en torno a un innovador núcleo térmico unificado, el Mac Pro integra los últimos procesadores Xeon de Intel de hasta 12 núcleos, dos GPU de alto rendimiento, seis puertos Thunderbolt 2, almacenamiento flash basado en PCIe y memoria ECC ultrarrápida.
Apple aseguró que este Mac Pro ofrecía el doble de potencia que la generación anterior, gracias a su procesador Intel Xeon y GPU AMD FirePro, ocupando solo una octava parte en volumen. No obstante, el diseño acarreaba un problema grave: las unidades de expansión debían conectarse mediante los puertos Thunderbolt 2, ya que no contaba con ranuras de expansión internas.
Esto provocó que su principal público objetivo, los usuarios más profesionales, no pudieran ampliar el dispositivo de manera sencilla, lo que terminó condenando el producto. Por esta razón, Apple aceptó que el diseño no fue el más adecuado y lo cambió por completo años después, regresando al actual diseño en forma de torre para el Mac Pro.
A pesar de ello, creo que el problema no radicaba en el diseño en sí, que considero precioso, sino en haberlo usado en un ordenador equivocado. Los profesionales no necesitan un ordenador bonito, sino uno práctico, y este diseño no se ajustaba a esas necesidades.
Si Apple hubiera utilizado este diseño, aunque fuera más pequeño, en un Mac mini, no tengo dudas de que habría triunfado. Incluso podría haber influido en el diseño actual del Mac mini. El problema fue limitar las opciones de ampliación para los profesionales, quienes suelen necesitarlas con el paso del tiempo.
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