La IA ha "roto" Google: la mayoría de las búsquedas ya no generan clics
El auge de las respuestas generadas por IA impulsa el fenómeno del “zero clic” y cambia para siempre los hábitos de búsqueda.
Durante años, el buscador de Google fue el gran distribuidor de tráfico de internet. Medios, blogs, marcas y creadores construyeron sus modelos de negocio bajo una premisa clara: responder bien a una búsqueda significaba recibir visitas. Ese equilibrio acaba de romperse con la llegada de nuevas tecnologías y nuevas tendencias, que hasta el mismo Elon Musk dijo que superaría a los humanos en 2026.
La irrupción de la inteligencia artificial en la búsqueda, especialmente con la Vista creada con IA (AI Overviews), está provocando un cambio estructural: la mayoría de las búsquedas ya no generan clics. El usuario obtiene la respuesta directamente en Google o en un asistente conversacional y no siente la necesidad de visitar la fuente original como hasta hace un año.
El fenómeno del “zero clic” ya es dominante en la mayoría de los mercados
El llamado zero-click search no es nuevo, pero la IA lo ha llevado a otro nivel. Hoy, más del 70% de las búsquedas terminan sin ningún clic, según datos recientes del mercado digital. El buscador ya no actúa como intermediario: se ha convertido en el destino final, sobre todo en las búsquedas informacionales.
Esto se debe a dos factores que los profesionales SEO y de marketing han descrito:
- Respuestas generadas por IA que resumen, interpretan y “resuelven” la consulta.
- Asistentes conversacionales que contestan directamente sin derivar tráfico.
El resultado es un internet donde la información se consume, pero no se visita.
Contenido generado por IA y su incremento este año
La magnitud del cambio se entiende mejor al observar la oferta de contenidos. Estudios citados por La Razón y Forbes Australia estimaban ya a mediados de año que más del 50% del contenido online había sido generado con herramientas de IA. Una cifra alcanzada en apenas dos años, 'rompiendo una burbuja' muchos años antes de lo predicho.
Esta explosión de contenido artificial no solo satura la red en cualquier tema, alimenta a los propios sistemas de IA, que sintetizan información de múltiples fuentes sin necesidad de redirigir al usuario. La AI se alimenta de AI y es un ciclo sin fin, según los expertos.
¿España confirma la tendencia?
El impacto no es teórico. El informe anual de GfK DAM, medidor oficial de audiencias digitales en España, confirma una tendencia clara: el tráfico hacia medios y sitios informativos está cayendo, y la IA es uno de los principales factores.
Los hábitos de navegación han cambiado drásticamente. El usuario ya no “investiga” saltando entre enlaces; consulta, lee un resumen y se va. De hecho, también ha cambiado la manera en la que las personas buscan ofertas, como en el mercado de los vuelos.
El golpe es especialmente duro para el periodismo digital. Según los datos analizados: solo 1 de cada 431 consultas realizadas a través de herramientas de IA termina en una visita a un medio de comunicación.
La mayoría de las respuestas se consumen sin verificar la fuente original, algo que hacer que el incentivo económico del clic desaparece, ya sea por ventas o por clics en AdSense. Paradójicamente, esto ocurre cuando la IA depende más que nunca de contenidos creados por medios y expertos humanos.

Resultados de búsqueda de Google con respuestas generadas por inteligencia artificial que reducen los clics hacia sitios web.
Los medios ya empiezan la 'revolución: Wikipedia levanta la voz
La tensión ya es pública. Wikipedia ha advertido a empresas de IA sobre el uso masivo de sus textos sin compensación ni atribución clara. La enciclopedia libre denuncia un modelo en el que se extrae valor sin devolver tráfico, reconocimiento ni ingresos. Es el síntoma de un conflicto mayor: la economía de la información está desalineada.
A pesar de su popularidad, las respuestas de la IA no son infalibles. Errores, simplificaciones excesivas y falta de contexto siguen siendo frecuentes. Sin embargo, la comodidad pesa más que la precisión: el usuario promedio acepta el resumen sin contrastar y sin necesidad de investigar más.
Esto plantea un riesgo doble:
- Para los usuarios, que consumen información potencialmente incorrecta.
- Para las fuentes confiables, que pierden visibilidad y sostenibilidad.
¿Qué viene ahora?
Google ya ha insinuado cambios: permitirá a los usuarios elegir fuentes preferidas, un intento de devolver control y credibilidad al proceso de búsqueda. Además, cada 'Core Update' intenta darle más relevancia al contenido humanos y no al AI, pero el cambio de fondo ya ocurrió y quizá tarde en revertirse:
- La IA no ha “mejorado” Google: ha redefinido su función. De motor de búsqueda pasó a ser motor de respuestas.
No estamos ante una simple actualización algorítmica, sino ante un cambio histórico en cómo se consume la información. La pregunta ya no es cómo posicionarse para recibir clics, sino cómo sobrevivir en un ecosistema donde el clic deja de ser central. Eso sí, hay que mencionar que la IA no ha roto internet, pero sí ha roto la regla más básica sobre la que se construyó la web moderna: buscar ya no implica visitar.
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