Este fabricante había rechazado a Steve Jobs (y la cosa no terminaría bien para ellos)

¿Recuerdas las Sony VAIO? Steve Jobs quería que estos elegantes portátiles corrieran MacOS. Pero este fue el resultado.

Este fabricante había rechazado a Steve Jobs (y la cosa no terminaría bien para ellos)
Publicado en Mac

Si eres un veterano del Internet, probablemente recordabas el brillo metálico de una Sony VAIO sobre el escritorio de alguien importante. Era el portátil que todos querían: elegante, ligera, moderna. Una joya tecnológica japonesa en una era dominada por cables, CD-ROMs y pantallas gruesas, además de marcos aburridos como los que presentaba en ese entonces Acer, Compaq, HP y más compañías.

A principios de los 2000, tener una VAIO era sinónimo de éxito. Sony había conseguido lo que pocas marcas podían: unir diseño, innovación y poder de marca. Mientras tanto, Apple apenas estaba reconstruyéndose bajo el regreso de Steve Jobs.

El iPod recién había aparecido, iPhone no estaba ni en hoja de ruta y las Mac seguían siendo un nicho para diseñadores y programadores. Y entonces, ocurriría algo que pudo cambiar la historia, ya que Steve Jobs había reconocido el gran potencial de las VAIO e hizo una propuesta impensable para los estándares actuales de Apple.

El día en que Steve Jobs había sacado una VAIO con Mac OS de su maletín

Durante unas vacaciones de Año Nuevo en Hawái, el presidente de Sony, Kunitake Ando, se había reunido con Steve Jobs en un campo de golf. Al final del juego, Jobs los había esperado con un portátil VAIO en la mano, pero no era cualquier VAIO: corría Mac OS X.

“Con Sony podríamos hacer una excepción”, había dicho Jobs, rompiendo su propia política de no permitir clones de Mac.

Apple admiraba tanto el diseño y la ingeniería de los portátiles VAIO que estaba dispuesto a ofrecerles algo único: una alianza exclusiva para lanzar VAIO con sistema operativo Mac OS. Esto sin duda había sorprendido a los ejecutivos de Sony, ya que Apple estaba abriendo su propio mercado.

Jobs tenía una visión clara de masificar Mac, tanto que estábamos viviendo la última era de Power PC e iniciando la de Intel.

VAIO Steve Jobs

En ese entonces, VAIO era sinónimo de calidad, funcionalidad y elegancia

El rechazo que cambiaría la historia de los portátiles

Para Sony, sin embargo, la propuesta no había tenido sentido. VAIO vivía su mejor época, y las ventas de laptops con Windows estaban en su punto más alto. Sony tenía al santo grial de los portátiles Windows de ese momento, por lo que no pensaban en ampliar más su mercado y dominio.

El equipo japonés había invertido años en perfeccionar su hardware y software optimizado para el sistema de Microsoft. ¿Por qué arriesgarlo todo por una alianza incierta con Apple? Así que, con cortesía japonesa y seguridad en su liderazgo, Sony había dicho que no.

Jobs volvería a Cupertino con la misma visión, pero sin el socio que había imaginado. Pocos años después, Apple había cambiado a chips Intel y lanzaría sus propias MacBook con la elegancia y portabilidad que tanto había admirado en VAIO. De hecho, para muchos es innegable la inspiración en VAIO en elementos como los cuerpos de aluminio y un logo vistoso (¿recuerdan la manzana que ‘encendía’?).

El resto sería historia: Apple había subido al trono del diseño y la innovación, mientras Sony había perdido el rumbo de su división de PC. Si lo trasladamos a estos años, VAIO ya no existe y MacBook es uno de los portátiles más vendido del mundo y el MacOS es un sistema operativo cada vez más universal, dejando de lado los nichos de diseño y edición.

De ícono a recuerdo: la caída de VAIO

Durante un tiempo, los VAIO habían seguido siendo símbolo de estatus. Dominaron el mercado unos años más, pero el incremento de competencia estaba llegando desde otro país asiático: China. Compañías como Lenovo o Asus surgieron y otras tradicionales como HP, Dell o Acer ajustaron sus equipos.

Sony había comenzado igualmente a masificar un poco a VAIO, haciendo equipos más baratos, pero de menor calidad, traicionando su filosofía completamente.

Pero el auge de los MacBook, el iPhone y el ecosistema de Apple había cambiado las reglas del juego hablando del mercado completo. Sony no había podido competir con el poder de una marca que había aprendido a integrar hardware, software y experiencia de usuario en un solo universo, ya que Windows no es exclusivo para una marca y seguía teníendo esos clásicos problemas de rendimiento.

En 2014, Sony había anunciado oficialmente la venta de su negocio de computadoras VAIO a Japan Industrial Partners. Una decisión impensable para la empresa que, una década antes, había sido sinónimo de innovación portátil y el objeto general de deseo.

La historia no era solo una anécdota curiosa sobre Steve Jobs. Era también una lección de estrategia y visión. Sony no había perdido por falta de talento, sino por exceso de confianza ya que había creído que su posición dominante era suficiente, similar a lo que veríamos con los móviles Xperia cuando perdieron terreno frente a iPhone o la casi derrota de PS3 frente a Xbox 360 y Wii.

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