Un joven Steve Jobs, una furgoneta Volkswagen y el sueño que cambió el mundo: así consiguió el dinero para crear Apple

Una entrañable historia sobre los orígenes de Apple

Un joven Steve Jobs, una furgoneta Volkswagen y el sueño que cambió el mundo: así consiguió el dinero para crear Apple
Steve Jobs ya era muy ambicioso desde muy joven
Publicado en Apple

Si no fuera por una furgoneta Volkswagen y una calculadora, probablemente Apple no existiría. O, al menos, el efecto mariposa —cuya película de Hollywood fue interpretada por Ashton Kutcher, quien dio vida a Steve Jobs en una de sus películas más reconocidas y mejor ambientadas (quién sabe si todo esto tiene sentido)— se habría encargado de ofrecernos una Apple muy diferente a lo que es hoy en día. Quizá no estaríamos hablando de Apple, sino de "Carrots" o tal vez Microsoft (o HP, quien gobernaba por entonces) se habría quedado con todo el pastel.

La cuestión es que cuando Steve Jobs era joven y tenía alrededor de 20 años ya poseía la ambición suficiente como para ingeniárselas para conseguir dinero y cumplir sus metas. Él creía firmemente que todas las personas tenían que tener un ordenador personal, pero no tenía dinero suficiente como para hacer realidad su visión.

Así que se armó de valor y, de una, vendió su furgoneta Volkswagen por 1.500 dólares para conseguir algo de dinero. Por su parte, su colega del alma Steve Wozniak, quien compartía sus sueños, vendió su calculadora científica por unos 500 dólares. Entre los dos consiguieron una suma de alrededor de 2.000 dólares.

El Apple I, el Apple II y un sacrificio que dio sus frutos en forma de manzana mordida

Steve Jobs 1984

Steve Jobs quería que todo el mundo tuviera un ordenador

La valiente inversión económica de los jóvenes "Steves" salió bastante rentable. El primer ordenador de su compañía, el Apple I, nació en 1976. Una tienda local de ordenadores hizo un pedido de 50.000 dólares por 100 unidades del primer ordenador de Apple, poco después de que fuera lanzado al mercado.

La comercialización del Apple I generó suficiente dinero como para volver a invertir en el Apple II. Aquí Steve Jobs y Steve Wozniak fueron muy en serio con la creación del primer ordenador de la historia con teclado y gráficos a color. La cosa iba muy en serio.

Un año después de su debut, en 1977, ya habían conseguido 3 millones de dólares. Todo gracias a una destartalada furgoneta y una calculadora científica a la que —estoy más que seguro de esto— el bueno de Wozniak tendría mucho cariño.

En 1996, Steve Jobs dijo lo siguiente:

"Yo valía alrededor de 1 millón de dólares cuando tenía 23 años, y más de 10 millones de dólares cuando cumplí 24 años, y más de 100 millones de dólares cuando tenía 25. Y nunca fue algo importante, porque nunca lo hice por el dinero."

No son meras palabras, Steve Jobs siempre vivió con lo justo y necesario. Pero tenía un sueño. Una visión. Acercar la tecnología a todo el mundo y, quizá, tal vez quizá, convertirse en leyenda.

Consiguió ambas cosas.

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