Steve Jobs: la icónica foto del iMac de 1998 oculta una historia repleta de prejuicios y exigencias
¡Steve Jobs quería una foto perfecta y complacerlo no fue fácil
El genio que salió de la botella y luego se convirtió en el líder más famoso de Apple, Steve Jobs, muchas veces ha sido señalado como un hombre quisquilloso, impaciente, controversial y hasta malcriado. Los juicios no son en vano, hay unas cuantas historias de su vida que revelan esa parte no tan agradable y hoy te contamos una que deja al descubierto esa sombra mal portada que siempre lo perseguirá.
En 1998 Jobs se preparaba para el gran lanzamiento del iMac G3, el primer ordenador personal que él mostraría al mercado tecnológico como CEO de Apple. En ese momento, y como en todo acontecimiento importante, la empresa estaba centrada en el marketing del nuevo producto y la revista Newsweek les había prometido una mirada exclusiva a la nueva máquina. Pero algo pasó y hubo un problema con el trabajo fotográfico que realizaría el semanario.
Jobs y su lado despiadado
Según la historia, contada por el periodista Steve Levy, quien escribió la noticia del iMac para Newsweek, Jobs había estallado en llamas cuando supo la identidad del fotógrafo que la revista había asignado para tomar las imágenes que acompañaron aquella publicación.
"Al ser Steve Jobs, era muy quisquilloso respecto a quién le tomaría la foto", cuenta Levy en un artículo que hace poco escribió en Wired, recordando la anécdota para conmemorar los 25 años del lanzamiento del iMac.
Pero ¿por qué el gurú de la tecnología rechazó al fotógrafo asignado? Aunque este comportamiento lo catalogó como un niño malcriado, él tenía un motivo para justificar la pataleta.
Después que Jobs fue expulsado de Apple, antes de regresar a la manzana mordida en 1990, fundó otra empresa de informática llamada NeXT que había contratado al mismo fotógrafo de Newsweek y a él no le gustó para nada el trabajo que había realizado.
Al respecto Levy escribió:
Era alguien que, en opinión de Jobs, había hecho un trabajo nada estelar en una sesión fotográfica años antes para NeXT, la empresa que fundó después de que John Sculley lo despidiera de Apple en 1985.
Ante la renuencia del gurú a trabajar con el primer fotógrafo de Newsweek, la editorial se vió en la obligación de contratar a otro. Y ¿saben qué pasó? Tampoco le gustó el nuevo.
Un mal rato pero sucedió la magia
Aunque Jobs estaba sumamente escéptico con respecto al retratista que el director de arte de la revista había elegido nuevamente para tomar la foto del héroe, él nunca había escuchado el nombre de Moshe Brakha, según cuenta Levy.
Brakha es un fotógrafo consumado que vive en Los Ángeles y que ha retratado a muchos nombres importantes, pero el genio de Apple inmediatamente le hizo pasar un mal rato. De hecho, asegura Levy:
Su equipo de relaciones públicas tuvo que rogarle que bajara las escaleras de su oficina y se sentara para la foto. Jobs me fulminó con la mirada y obedeció de mala gana.
Pero en ese momento Brakha hizo su magia y calmó al líder icónico de Cupertino, al convencerlo de que sabía lo que estaba haciendo.
Cuando el fotógrafo le pidió al CEO interino que se sentara con las piernas cruzadas y sostuviera la máquina en su regazo, el sentido arácnido de Jobs le dijo que estaba en presencia de un colega artista.
Con el retrato tomado y publicado, el iMac se convirtió en un gran éxito y hasta el día de hoy se siguen lanzando nuevos modelos. Jobs y Apple tendrían quizás la década más fructífera de su historia lanzando un dispositivo exitoso tras otro hasta su muerte en 2011. Y la captura de Brakha es una de las tomas más icónicas de Steve Jobs.
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